Internet se ha convertido en una sarta de comunicados. O mejor dicho:
en una batidora donde es de obligado cumplimiento dar tu opinión
sobre la sarta de comunicados. La polémica funciona muy bien en el
medio, y el comunicado también. Hay comunicados para todo: desde la
persona anónima que comunica que es el cumpleaños de una persona
muy especial, al comparsista que comunica el alta y la baja de algún
componente, como si de un football manager se
tratase. En otra liga, juegan los renombres, es decir, el personaje
de relumbrón que precisa del comunicado para darnos ésta u otra
noticia. En la última semana, ha destacado mucho un comunicado que
ha abierto a golpe de azada un sendero lleno de espinas y rencores
que ha tenido en vilo a los usuarios y ha descorchado la botella de
las opiniones en internet. Y no hablo de las polémicas declaraciones
del “Pichu” Cuéllar. Me refiero a la ingente disputa entre dos
de los raperos más reconocidos de esta nuestra querida España:
Rafael Lechowsky y Kase.O.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWhHgYbuvLxHIixALkgojwDLMib4tipVEyXFL44bTxj0phC21LvEbglo__32JZVQZYeM1TLjPCxsAbBe5TDJf3uIYJiu9TSsQ4mZ9XKp4l3hIBI3EizP9N7MR5JbIIw9-uVYZThdKn_Yc/s1600/tumblr_mg70ixNr4e1rh77x7o1_1280.jpg)
El rap con el que mi generación y la anterior ha crecido está en
sus horas más bajas. Se trata de un rap inmaduro, que no ha sabido
sufrir la evolución lógica de un movimiento, ni musical ni en
cuanto a letras se refiere. Muchas veces me culpo como público por
no ser flexible, y me castigo recordándome mi edad. Pero esta
flagelación debe valer también para los artistas que hacen rap, y
que siguen grabando los mismos discos que hace veinte años. Si un
servidor tiene 29 años, y ha terminado hastiado de un género
musical que se ha quedado anclado en las métricas y ritmos que
cualquier quinceañero de ahora puede ofrecernos, cómo no voy a
exigir que los artistas que ocupan las ventas de discos no nos
ofrezcan algo distinto.
De hecho, el público de rap está
cambiando, así como la forma de hacerlo. Ha surgido un nuevo género,
o una nueve vertiente, como prefieran llamarlo, denominada trap.
Personalmente, no es de mi agrado, pero nadie puede negar que ha
nacido como rebeldía a los ritmos vetustos que el panorama del
hip-hop nos estaba ofreciendo. Y que haya estilos nuevos se agradece.
Por eso, lo ocurrido entre Kase.O y Rafael Lechowsky me parece tan
triste. Lo es porque dentro de esa música vieja, repetitiva y
tediosa, eran los dos raperos que, por la calidad de su lírica,
permitían, al menos a mí, que volviéramos a la inocencia de un
género que era como un océano, de las múltiples combinaciones que
ofrecía. Sin embargo, con esta polémica absurda, han empañado lo
poquito bueno que nos quedaba de aquello: cuando amábamos un
graffiti, cuando recitábamos sus frases y nos pasábamos la lengua
por los labios para rebañar el calimocho.
Publicado en Arcos Información (7/10/2016)
Foto: Kase.O
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